La Comunidad de Regantes Olivargas ha querido unirse en la jornada de hoy a la celebración del Día Mundial del Agua
Se dice que “el agua es el elemento y principio de las cosas”, algo que tienen muy claro en la Comunidad de Regantes Olivargas que se ha querido unir a la celebración, en la jornada de hoy, del Día Mundial del Agua. La comunidad se enorgullece de ostentar un bien tan preciado para la provincia como el embalse de Olivargas. Se trata de un “auténtico oasis” en medio del Andévalo por encontrarse en estos momentos al 96,84 por ciento de su capacidad. En este sentido, la capacidad del embalse es de 29 Hm3, y tiene anualmente una aportación media en torno a los 51 Hm3.
Desde los inicios de la civilización, el agua ha sido un motor de cambio, contribuyendo al desarrollo socioeconómico de territorios y comunidades. Situados en la zona central de la geografía onubense, actualmente una de las comarcas más deprimidas de la provincia, la CR Olivargas ha implantado el regadío como un elemento clave para el desarrollo rural, el cual no sería posible sin el agua de Olivargas.
HACIA UNA AGRICULTURA RESPETUOSA CON EL ENTORNO
Sin agua no hay producción agraria y, por tanto, es inconcebible el desarrollo rural. Es por ello que la Comunidad de Regantes Olivargas pone de manifiesto la necesidad de precisar y valorar el impacto positivo del regadío en el desarrollo rural, tanto en términos de recursos económicos como de la estabilidad de empleo que genera en la zona.
Conscientes de la necesidad de caminar hacia una agricultura respetuosa con el entorno, se está llevando a cabo la implementación del telecontrol de riego, un aspecto fundamental para controlar todos los parámetros del flujo de agua y extremar de esta forma el cuidado por cada gota de agua. Todo ello implica una mejora notable de la eficiencia en el uso del agua y también la detección de averías de forma rápida.
Actualmente, la CR Olivargas cuenta con una concesión de aguas públicas de 5,98 hectómetros cúbicos a detraer desde Olivargas, y se encuentra inmersa en el trámite para la modificación de características de la concesión. En el horizonte de 2027 se precisan 11.46 hectómetros, tal y como asigna el Plan Hidrológico Tinto, Odiel y Piedras para la puesta en riego de la totalidad de la superficie que integra este proyecto.
La Comunidad de Regantes Olivargas (CR Olivargas), localizada en la Comarca del Andévalo onubense, ha finalizado recientemente las obras de abastecimiento de agua. Esta tarea se ha traducido en 2.319,05 hectáreas que abarcan los municipios de la Zarza-Perrunal, Calañas y El Cerro de Andévalo.
Con la instalación de una moderna y eficiente red de riego, el compromiso de la entidad es trabajar cada día para dar solución a las necesidades de sus regantes, optimizando así el uso de los recursos actualmente disponibles, y es que la Comunidad está dotada con 8.484.698 m³/año de agua a suministrar en el total de la superficie de riego.
Conscientes de la necesidad de caminar hacia una agricultura respetuosa con el entorno, socialmente responsable y sostenible, la CR Olivargas ha llevado a cabo un programa de seguimiento y evaluación ambiental para comprobar que las actuaciones realizadas hayan respetado los condicionantes ambientales recogidos en la Autorización Ambiental Unificada (AAU), y, de esta forma, solventar cualquier tipo de cuestión en materia de sostenibilidad ambiental que pudiera ocurrir.
Ha venido desarrollando diferentes actuaciones de repoblación de plantaciones compensatorias (adelfa, pino piñonero, alcornoque y encina), aplicación de medidas de protección de fauna en las balsas y la revegetación de sus taludes con especies autóctonas, y está comprometidos en seguir avanzando hacia un futuro donde la agricultura, el medioambiente y el desarrollo sostenible convivan y se refuercen mutuamente.
Una vez finalizada las obras de distribución de agua, la CR Olivargas está implantando un programa de mejoras tecnológicas en el regadío. Se está llevando a cabo la implementación del telecontrol de riego, una medida que controla todos los parámetros del flujo de agua. Ello implica una mejora de la eficiencia en el uso del agua, así como la detección de averías de forma rápida.
Además, se está trabajando y proyectando la instalación de una planta fotovoltaica para la producción de energía solar que permitirá la mejora en la eficiencia energética, siendo el fin último el autoconsumo y el uso de energías verdes (renovables) que mejoren el entorno y los ecosistemas.
Otro de los compromisos de la CR Olivargas, es abordar el reto demográfico. Situados en la zona central de la geografía onubense, y siendo actualmente una de las comarcas más deprimidas de la provincia de Huelva, se pretende mejorar el nivel de vida de la zona permitiendo que los habitantes de las comarca se involucren en la creación de pequeñas explotaciones en regadío, permitiendo así el desarrollo e impulso del sector primario.
Remarcar también la importancia de la creación de empleo directo e indirecto gracias a las numerosas oportunidades empresariales que se están fomentado en la zona: ferreterías, talleres, suministros, movimientos de tierra y maquinaria agrícola, entre otros.
Del perfil de Pedro Romero, presidente de la Comunidad de Regantes Andévalo Minero (CRAM), destaca el ser luchador por su pueblo, por su comarca, por el desarrollo rural, sostenible, territorial y por el reto demográfico.
¿Cuándo nace la Comunidad de Regantes Andévalo Minero?
La Comunidad de Regantes nace en el año 2005, su principal objetivo fue sacar de la catastrófica situación en que quedó sumida la comarca onubense del Andévalo como consecuencia de la grave crisis de la actividad minera de la década de los ochenta del siglo pasado, que ha derivado en una alarmante despoblación. Dicha situación hizo que se buscase una reconversión de la zona con el regadío como primera opción, buscando asentar población en nuestra comarca.
Por otro lado, como ámbito geográfico, la CRAM incluye los municipios entre El Cerro de Andévalo, Calañas, la Zarza-Perrunal y algo de Almonaster la Real.
Precisamente la CRAM cuenta con dos concesiones de aguas y Autorización Ambiental Unificada que autoriza la transformación de 1.869 Hectáreas y un total de 8,4 millones de metros cúbicos de agua al año. ¿Qué implica todo ello?
Con las garantías de agua que tenemos, ya que la Presa Sotiel-Olivargas cuenta con una capacidad de almacenamiento total de 29 hectómetros cúbicos, mantiene su capacidad casi al 100 % durante todo el año.Esto permitirá que los habitantes de nuestra comarca se involucren en la creación de pequeñas explotaciones y aprendan a gestionar otro modelo de economía nunca visto en la zona.
¿A cuánto ha ascendido la inversión total de la obra? ¿Y cuánto ha supuesto también para los agricultores y la transformación de sus fincas? ¿Cómo se traduce eso en beneficios?
La inversión total asciende a nueve millones de euros, financiada al 100 % con capital privado mediante el sistema de repercusión de costes a los propios regantes. A ello habría que añadir la inversión de los agricultores para la transformación de sus fincas, en algunas de las cuales ya se ha iniciado el riego de los cultivos, cuya cifra asciende a otros 45 millones de euros.
¿Cuántas empresas agrícolas se benefician de la CRAM?
Actualmente, son 17 comuneros los que pertenecen a la CRAM. La gran mayoría de ellos se encuentran en proceso de transformación de sus fincas. Cabe destacar algunas fincas en producción, como son Giner Export con 316 hectáreas en la finca Montepino, en el término municipal de El Cerro, y Zarzafruit con 685 hectáreas en el término municipal de La Zarza. En ellas se pueden observar plantaciones de olivos cultivados en sistema súper-intensivo, naranjos y mandarinos, almendros y nogales.
¿Cuántos empleos directos e indirectos supone este proyecto?
La CRAM da empleo actualmente de forma directa a un total de ocho personas, que trabajan en la gestión y el mantenimiento de la propia Comunidad.
Según los cálculos se prevé que el proyecto pueda generar un puesto de trabajo fijo por cada diez hectáreas transformadas, por lo que teniendo en cuenta que el actual proyecto que está poniendo en marcha la CRAM contempla 2.800 hectáreas de cultivo, los empleos fijos previstos ascienden a unos 280. A ellos habría que sumar entre 50.000 y 60.000 jornales anuales en tareas de recolección durante las campañas agrícolas, así como los empleos indirectos generados gracias a las numerosas oportunidades empresariales que fomentará en la zona: ferreterías, talleres o suministros, entre otros.
¿Qué proyectos futuros ve en el horizonte?
El horizonte para la optimización de este importante proyecto está situado en el riego de un total de 2.883 hectáreas. Para ello es necesario que se tramite favorablemente la modificación de características de la actual concesión hasta alcanzar los 9,76 hectómetros cúbicos solicitados desde Olivargas.
También, tenemos pendiente el proyecto de instalación de una planta solar junto a la Balsa del Cerro y la estación de rebombeo que permita alimentar las dos bombas mediante energía renovable y reducir así energía eléctrica.
Asimismo, en los próximos días esperamos la resolución de la modificación de Estatutos aprobados en Asamblea General, que supondrá el cambio de denominación de nuestra comunidad a «Comunidad de Regantes Olivargas» en homenaje a que dicho embalse es «el gran desconocido de nuestra provincia», que por su ubicación es independiente y está desvinculado del sistema Andévalo-Chanza-Piedras, lo cual nos convierte en la única que puede utilizar su agua para riego agrícola.
A pesar de la sequía que desde hace meses afecta a la provincia de Huelva, donde prácticamente todos los embalses de su principal cuenca, la demarcación hidrográfica Tinto-Odiel-Piedras se encuentran en estos momentos solo al 36,43 por ciento de su capacidad, destaca el embalse de Sotiel-Olivargas: un «auténtico oasis» en medio del Andévalo por encontrarse en estos momentos al 90,47 por ciento de su capacidad.
Así lo ha puesto en valor la Comunidad de Regantes del Andévalo Fronterizo (CRAM), cuyos comuneros se abastecen de dicha presa para el riego agrícola de sus fincas. Para la mencionada entidad, estos datos adquieren aún mayor relevancia si se tiene en cuenta que, con respecto al año pasado por estas mismas fechas, Sotiel-Olivargas registraba los mismos datos que ahora, frente a la situación del resto de embalses onubenses, que con una capacidad total de almacenamiento de 1.508 hectómetros cúbicos, en solo un año han caído de los 792 hectómetros cúbicos que almacenaban en octubre de 2019 -52,52%-, hasta los 598 hectómetros cúbicos actuales -39,66%-.
El embalse de Sotiel-Olivargas, situado en la rivera de Olivargas, en el término municipal de Almonaster la Real, fue construido en el año 1982 para el abastecimiento de la Mina de Almagrera, siendo usado para tal fin hasta el 2002, coincidiendo precisamente con el cierre de dicha instalación minera.
A dicho embalse se accede desde el oeste del municipio de la Zarza-El Perrunal y actualmente abastece a la Mina de Aguas Teñidas y a los regadíos de la Comunidad de Regantes Andévalo Minero.
Recientemente la Junta de Andalucía ha concluido unas importantes obras en dicha instalación, las cuales han supuesto una inversión de 4,9 millones de euros y que han tenido por objeto, según ha indicado a esta redacción la CRAM, a la «optimización y modernización de la infraestructura, y su adaptación al Reglamento Técnico sobre Seguridad de Presas y Embalses (Rtspe)».
El embalse de Sotiel-Olivargas cuenta con una capacidad de almacenamiento total de 29 hectómetros cúbicos, y su aportación media anual, según los regantes, es 51 hectómetros cúbicos: «Una masa de agua que, al estar siendo bien aprovechada, está generando riqueza y empleo en la comarca del Andévalo, con la actividad minera y la nueva agricultura de regadío como principales pilares económicos».
No obstante, añade la CRAM, dicho embalse es «el gran desconocido de nuestra provincia», ya que «por su ubicación es independiente y está desvinculado del sistema Andévalo-Chanza-Piedras, lo cual convierte a la Comunidad de Regantes Andévalo Minero en la única que puede utilizar su agua para riego agrícola«.
Tal es la importancia de dicha infraestructura para la CRAM, que en su última asamblea general ha aprobado tramitar la modificación de su nombre por el de Comunidad de Regantes Olivargas.
En estos momentos dicha comunidad tiene en tramitación una modificación de características de su concesión de aguas otorgada para llegar a los 9,8 hectómetros cúbicos reservados en el Plan Hidrológico, el cual asigna a dicho embalse un total de 14,6 hectómetros cúbicos como recurso hídrico disponible.
Los regantes del Andévalo Minero también han querido poner en valor el papel que Sotiel-Olivargas tuvo el pasado mes de agosto, con motivo del gran incendio forestal que asoló buena parte de toda la comarca, ya que «gracias a que ha mantenido su capacidad casi intacta incluso en los meses de verano, sirvió para que los medios aéreos acopiaran el agua para las labores de extinción del fuego en sus zonas más próximas, demostrando ser también en casos como este un recurso cercano e indispensable para la comarca del Andévalo».
La superficie regable de la CRAM se reparte entre los términos municipales de El Cerro de Andévalo, La Zarza-Perrunal y Calañas, los cuales gracias a la reciente implantación de regadíos pretenden convertirse a muy corto plazo en un auténtico vergel con el que, sobre todo, se pretende fijar población en el territorio generando empleo y riqueza.
Conseguirlo no está lejos puesto que ya se han puesto en riego las primeras 1.035 hectáreas de terreno transformadas. Pudiendo apreciarse en la zona extensas plantaciones de olivos, cítricos, almendros, nogales y aguacates.
Las obras del proyecto de infraestructuras necesarias para la instalación de regadíos arrancaron en abril de 2019 y su conclusión está prevista para el próximo mes de diciembre, permitiendo la puesta en riego de un total de 2.883,50 hectáreas de terreno.
Los embalses de las cuencas del Chanza-Tinto-Odiel-Piedras se encuentran al 36,66% de su capacidad, lo que supone un volumen de agua embalsada de 417,57, un 26,1% menos que hace un año.
Estos embalses, gestionados por la Junta de Andalucía, tienen una capacidad de 1.138,92 hectómetroscúbicos, y la lluvia acumulada desde principio del mes de octubre asciende a 1,65 hectómetros cúbicos en el total de la cuenca.
Así, según los datos consultados por Europa Press y facilitados por la Delegación Territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible en Huelva, con fecha del viernes, el volumen actual es prácticamente igual al que se manejaba hace una semana cuando se alcanzaron los 426,48, siendo ahora de 417,57 y no distando demasiado de los 565,16 de hace un año.
En la actualidad, los que están más llenos son el embalse de Sotiel Olivargas, Jarrama, Machos, Chanza, Piedras y Andévalo, en ese orden, mientras que el Corumbel Bajo se encuentra al 8,2% de su capacidad y Cueva de la Mora está vacío al encontrarse en obras.
Por otro lado, hay que destacar que los dos embalses de mayor capacidad de la provincia son Andévalo y Chanza, que se encuentran al 32 y 37% respectivamente.
Resulta igualmente llamativo que el único embalse que se encuentra casi al cien por cien de su capacidad es Sotiel Olivargas, el cual tiene 26,44 hectómetros cúbicos, situándose en un 90,62 por ciento, seguido del Jarrama, que se encuentra al 63%.
La Comunidad de Regantes Andévalo Minero (CRAM) ha dado a conocer las obras y los proyectos más avanzados de la misma (Zarzafruit y Giner Export), a los alcaldes de los municipios implicados, Mario Peña, de Calañas; Juan Manuel Serrano, de La Zarza-Perrunal; y Pedro Romero, de El Cerro de Andévalo.
Las obras están a punto de finalizar y el agua para regadíos de la Presa de Olivargas llega ya a fincas de Calañas, La Zarza-Perrunal y El Cerro. A la fecha hay unas 1.400 hectáreas plantadas, de un total de las 2.865 previstas en el Plan de Transformación a regadíos, y está planificada a corto plazo la plantación de las hectáreas pendientes.
Los regantes aseguran que esta nueva actividad económica genera riqueza y empleo en estos pueblos, ya que la mayoría de los trabajadores son vecinos de ellos.
Las Comunidades de Regantes Andévalo Fronterizo (CRAF) y Andévalo Minero (CRAM) han puesto en valor el efecto «barrera» que pueden suponer las explotaciones agrícolas en regadío ante incendios forestales de grandes dimensiones, en condiciones muy desfavorables y de elevada propagación, como el grave fuego que a finales del pasado mes de agosto calcinó unas 14.000 hectáreas de terreno en las comarcas del Andévalo y la Sierra de Huelva.
Así lo han manifestado a Huelva Información tanto los máximos responsables de ambas entidades, como algunos de sus comuneros, después de analizar en detalle los planos de la zona afectada por el incendio sobreponiendo el perímetro del área quemada con la ubicación geográfica de sus explotaciones agrícolas.
De dicho análisis se desprende, según ha subrayado el presidente de la CRAF, Juan Antonio Millán, que el modelo de regadío sostenible a la demanda puede llegar a ser «una verdadera coraza a la hora de frenar la propagación de incendios forestales». Y es que según detalla, al oeste del perímetro del incendio de Almonaster «se observa que las fincas en riego del Andévalo Minero, especialmente la de Zarza Fruit, con zonas forestales bien conservadas en su entorno y abastecidas desde el embalse de Olivargas, han sido un freno para la propagación del fuego en la zona de La Zarza«. «Del mismo modo –añade- los regadíos del Jarrama y de la finca RioTinto Fruit han frenado la expansión del fuego por el este».
La agricultura de regadío en la comarca del Andévalo, declarada en 2003 de Interés General de la Comunidad Autónoma, que empezó a desarrollarse hace más de una década y que actualmente se está consolidando, conforma un mosaico de cultivos que alterna con zonas forestales, y que permite actuar como «cortafuegos» [o al menos servir como superficies de apoyo], para facilitar el control de incendios. Las características de estas explotaciones agrícolas, con vegetación arbustiva o arbórea de bajo porte, con mayor grado de humedad y verdor por el riego, y con una disposición de su masa vegetal en líneos y subparcelas rodeadas de caminos, propician que el fuego avance más lentamente en ellas, facilitando la labor de los efectivos de extinción.
Del mismo modo los regantes del Andévalo hacen referencia al valor ecológico que pueden aportar sus fincas en el marco del desarrollo sostenible, al estar conformadas especialmente en esta comarca onubense por cultivos de masa arbórea -sobre todo olivos, cítricos, almendros o nogales-, que en determinados aspectos pueden aproximarse a las cualidades que aportan bosques de pinos o encinas: generación de O2 a la atmósfera, contribución a minorar el efecto invernadero o diversidad de hábitats -con especial incidencia en la fauna silvestre-.
En cuanto al valor medio ambiental que aportan los regadíos, los regantes del Andévalo subrayan que los cultivos que se están desarrollando en la zona se implantan en fincas que previamente ya eran agrícolas de secano, o bien se trataba de eucaliptales ya agotados.
En el caso de las primeras el principal cambio del uso del suelo radica simplemente en el nuevo cultivo ya que el riego es muy localizado, lo que conlleva un uso eficiente y un mayor ahorro del agua. A ello se añade su carácter de producción integrada, lo que minimiza y racionaliza al máximo el uso de fertilizantes y fitosanitarios.
En relación a los eucaliptales, la conversión de estos terrenos a la agricultura de regadío también aporta ventajas ambientales. En primer lugar porque los cultivos arbóreos y arbustivos que se están promoviendo en el Andévalo llevan asociada una mayor biodiversidad que el cultivo de eucaliptos, constituyendo de esta forma refugio y hábitat de numerosas especies frente a la monotonía y escasez de éstas en las zonas de eucalipto. A ello se suma que el efecto de los eucaliptales en los incendios forestales es muy negativo porque al ser árboles altos, sus hojas al arder se convierten en pavesas capaces de recorrer grandes distancias a merced del viento, como de hecho ha sucedido en el reciente incendio de Almonaster.
Además, desde ambas comunidades de regantes se destaca la importancia que tiene la inyección económica que supone la agricultura de regadío en la actual situación de crisis derivada de la Covid-19 –que en el Andévalo onubense se suma a la crisis estructural de la comarca-, al ser una actividad generadora de riqueza y empleo.
En este sentido el presidente de la CRAM, Pedro Romero, ha resaltado el efecto indirecto que tiene la actividad agrícola en el mantenimiento de las masas forestales, ya que a su juicio el Andévalo «ha venido sufriendo un importante despoblamiento tras el cese de la actividad minera a finales del siglo XX», lo cual «ha supuesto el paulatino abandono de las fincas rústicas de la zona». De esta forma el desarrollo de una nueva actividad económica, como en este caso es la agricultura de regadío, «contribuirá en el corto y el medio plazo a fijar población en el territorio, y por tanto a que se mantengan nuevamente actividades forestales como la limpieza de montes o la ganadería, entre otra.
Del ocre de la mina al verde de los cultivos. Del viejo rojizo de los arroyos al azul del agua de riego. A base de colores podría resumirse la transformación que, traducida en reconversión económica, está experimentando actualmente una de las comarcas más deprimidas de la provincia de Huelva desde que el mineral dejó de ser fuente de riqueza hace ya varias décadas.
Se trata del Andévalo Minero, un vasto y árido territorio ubicado en la zona central de la geografía onubense, sobre la Faja Pirítica Ibérica, que incluye los municipios de El Cerro de Andévalo, La Zarza-Perrunal y Calañas, y que gracias a la implantación del regadío pretende convertirse a muy corto plazo en un auténtico vergel gracias al que, sobre todo, se fije población en el territorio generando empleo y riqueza.
Conseguirlo no queda lejos. De hecho, el intenso trabajo que desde hace ya quince años realiza la Comunidad de Regantes Andévalo Minero –CRAM– ya ha empezado a dar sus primeros frutos –y nunca mejor dicho– con la reciente puesta en riego de las primeras hectáreas de terreno ya transformadas. Ya pueden apreciarse en la comarca extensas plantaciones de olivos cultivados en sistema súper-intensivo, naranjos y mandarinos, almendros, nogales y hasta aguacates (éstos últimos en prueba), que hacen visible la realidad de este ambicioso proyecto de transformación agrícola que se vale del agua del Embalse de Olivargas.
La CRAM nació en el año 2005 y, según su presidente, Pedro Romero, su principal objetivo fue sacar de la “catastrófica situación, que ha ido empeorando con el paso de los años”, en que quedó sumida esta comarca onubense como consecuencia de la “grave crisis de la actividad minera de la década de los ochenta del siglo pasado”.Ello ha derivado en la “alarmante despoblación” de la que han sido objeto a lo largo de las últimas décadas los pueblos que integran esta extensa superficie de terreno.
Dicha situación hizo que se buscase una reconversión de la zona, “con el regadío como primera opción”, según señala Romero. Los primeros pasos importantes para ello se dieron en 2003, cuando la Junta de Andalucía declaró de Interés General la transformación a regadíos de buena parte del Andévalo, incluida la zona donde se asientan los municipios de Calañas, El Cerro de Andévalo y La Zarza-Perrunal.
En 2005 se constituyó para este área concreta la Comunidad de Regantes Andévalo Minero. Y en 2010 se dio otro importante impulso al proyecto con la elaboración del nuevo Plan de Transformación de El Andévalo: Comunidad de Regantes Andévalo Minero.
Ahora, quince años después, el proyecto es casi una realidad, especialmente teniendo en cuenta que las importantes obras hidráulicas necesarias para ello están prácticamente concluidas, que ya hay algunas hectáreas en riego y que importantes empresas agrícolas de ámbito nacional preparan en estos momentos sus fincas con el objeto de proceder a su plantación antes de que concluya el presente año.
La inversión total de la obra que la CRAM lleva a cabo en la comarca asciende a nueve millones de euros, financiada al cien por cien con capital privado mediante el sistema de repercusión de costes a los propios regantes. A ello habría que añadir la inversión de los agricultores para la transformación de sus fincas, en algunas de las cuales ya se ha iniciado el riego de los cultivos, cuya cifra asciende a otros 45 millones de euros.
Las obras del proyecto de infraestructuras necesarias para la instalación de regadíos arrancaron en abril de 2019 y están ejecutadas actualmente en un 80%. Su conclusión está prevista para diciembre de este año y permitirán la puesta en riego de un total de 2.883,50 hectáreas de terreno.
El proyecto consta de 20,6 kilómetros de tubería adscrita a la red primaria de distribución de agua, así como de otros 32 kilómetros de red secundaria. Igualmente incluye tres balsas de regulación: Balsa La Zarza, Balsa la Murtosa y Balsa El Cerro.
Dado que en estos momentos la Comunidad de Regantes Andévalo Minero ya cuenta con la Balsa La Zarza y 16 kilómetros de tubería primaria completamente finalizadas y en servicio, recientemente se ha comenzado a suministrar agua para el riego de un total de 1.035 hectáreas.
La toma de agua para riego se realiza desde el Embalse de Olivargas, aprovechando un palafito ya existente y originario de las antiguas instalaciones mineras de la zona, que ha sido completamente remozado y en el que se han instalado seis bombas sumergibles.
Según subraya en este sentido Pedro Romero, la CRAM es la única Comunidad de Regantes de la provincia de Huelva que, por su ubicación, aprovecha el agua de Olivargas, un embalse “totalmente independiente y desvinculado del sistema Andévalo –Chanza– Piedras”.
El Embalse de Olivargas tiene capacidad para almacenar 29 hectómetros cúbicos de agua y dispone de una cuenca receptora de 168 kilómetros cuadrados. Cuenta asimismo con una aportación media de 42,5 hectómetros cúbicos anuales. Además, su único aprovechamiento de uso agrícola son los riegos de la Comunidad de Regantes Andévalo Minero.
Todo esto conlleva que cada año esta presa alivie una gran cantidad de agua durante varios meses y que el embalse se encuentre prácticamente siempre al cien por cien de su capacidad. Sin ir más lejos, el pasado invierno estuvo desembalsando agua entre el 20 de diciembre y el 13 de junio, según datos aportados por la propia CRAM.
En relación a esta infraestructura hídrica, y de forma paralela al proyecto de la CRAM, la Junta de Andalucía realiza actualmente en el Embalse de Olivargas obras por valor de 4.891.822 euros, destinadas a la optimización y modernización de la propia infraestructura, así como para su adaptación al Reglamento Técnico sobre Seguridad de Presas y Embalses (RTSPE). La conclusión de estos trabajos está prevista para el otoño de este mismo año.
Actualmente la CRAM cuenta con una concesión de aguas de 5,98 hectómetros cúbicos desde Olivargas y el horizonte para la optimización de este importante proyecto está situado en el riego de un total de 2.883 hectáreas. Para ello es necesario que se aumente la concesión total hasta alcanzar los 9,76 hectómetros cúbicos solicitados mediante la correspondiente modificación de características de la actual concesión.
La CRAM da empleo actualmente de forma directa a un total de ocho personas, que trabajan en la gestión y el mantenimiento de la propia Comunidad, a las que habría que sumar la treintena de trabajadores vinculados a la obra.
Finalmente, según el presidente de la entidad, se prevé que el proyecto pueda generar unos 800 empleos durante casi todo el año en las distintas fincas de los comuneros que integran la CRAM una vez éstas inicien el riego de sus plantaciones, a las que habría que sumar el importante número de recolectores-temporeros necesarios durante cada campaña agrícola.
La Junta de Andalucía tiene prevista en la zona de La Zarza-Perrunal (Huelva) una inversión de 8,2 millones de euros para la presa de Sotiel Olivargas que abastece de agua a estas localidades de la comarca del Andévalo, lo que redundará en la mejora de las prestaciones para los proyectos agrícolas de ese lugar.
Los delegados territoriales de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Pedro Pascual Hernández, y de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Antonio Cortés, han conocido este jueves de primera mano varios proyectos agrícolas que se desarrollan en La Zarza-Perrunal y su entorno.
Después de asistir en el Ayuntamiento de la entidad local autónoma a una presentación general, ambos delegados han visitado las fincas Coto y Montepinos, el Palacito y el embalse de Sotiel-Olivargas. Los representantes de la Junta de Andalucía han estado acompañados por el alcalde Calañas, Mario Peña; el alcalde pedáneo de La Zarza-Perrunal, Juan Manuel Serrano, y el presidente de la Comunidad de Regantes del Andévalo Minero y alcalde de El Cerrode Andévalo, Pedro Romero. En la visita también han participado empresarios y técnicos de estas iniciativas agrícolas.
6,7 hectómetros cúbicos28 Hm3
Los proyectos agrícolas de la zona se sustentan con la concesión por parte de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio el pasado febrero de un volumen de más de 6,7 hectómetros cúbicos de agua a la Comunidad de Regantes del Andévalo Minero. Está contemplado el riego de un total de 1.709 hectáreas, en los términos municipales de Calañas y El Cerro de Andévalo. Con esta concesión, la Junta garantiza agua a los emprendedores del territorio, otorga seguridad jurídica y la posibilidad de acceso a los fondos europeos, al tiempo que se adquiere el compromiso de un desarrollo sostenible.
Por otra parte, estos proyectos también se beneficiarán de próximas inversiones en infraestructuras hidráulicas. La Junta planea invertir 62,5 millones de euros en la provincia de Huelva durante el periodo 2017-2021 para mejoras y mantenimiento de infraestructuras agrupadas en el Sistema de Explotación de la Demarcación Hidrográfica Tinto-Odiel-Piedras y la cuenca encomendada del río Guadiana, el Chanza.